Alarma sanitaria y emergencia profesional
Vivimos en un estado de alerta sanitaria sin precedentes; hay quien lo considera la tercera guerra mundial. En esta situación sería irresponsable hacer planteamientos reivindicativos o egoístas, pero ningún virus acabará con el futuro y el colectivo de biólogos seguirá en él.
En la rueda de prensa del Ministerio de Sanidad de 21 de marzo, primer día de primavera de 2020, se ha hablado mucho de PCR, de investigación y de compromiso profesional, pero ni una sola vez se ha citado a biólogos o bioquímicos a pesar de que hay muchos implicados en el asunto.
Puede que hoy sea lógico hablar exclusivamente de la primera línea de este cruento frente, pero es necesario hacer saber que estamos ahí; que no reclamamos aplausos a las ocho, ni privilegios ni tratos de favor; solamente el justo reconocimiento a nuestra profesión frente al tópico e irrespetuoso papel que habitualmente se nos asigna; esta primera línea no tendrá nunca éxito sin el apoyo de la investigación básica.
En este mundo globalizado no será la última crisis; ya se nos va avisando, por ejemplo, del problema que supondrán los mosquitos en las ciudades y su papel como vectores de enfermedades que hoy no nos preocupan. Nuestro entorno vital está cambiando y no siempre para mejor.
Espero que la sociedad y sus representantes políticos se den cuenta de que la solución será profesional, multidisciplinar y solidaria; no habrá sitio para el corporativismo y las soluciones individuales.
Ahí, en ese futuro cada vez más próximo, seguiremos estando los que estudiamos la vida desde fuera y desde dentro de los hospitales, manteniendo nuestra vocación y profesionalidad, dedicando a ello todo nuestro esfuerzo, el de cada uno de nosotros y el del Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad de Madrid que nos representa y nos necesita.
Lorenzo Vidal Sánchez
Vocal 3º
Junta de Gobierno del COBCM