Cinco hallazgos fascinantes sobre la vida en el planeta azul
Hoy, 22 de abril, se celebra el Día de la Tierra. Su promotor, el estadounidense Gaylord Nelson, lo instauró para crear una conciencia común a los problemas de la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra. Para celebrarlo, hemos recopilado algunos de los descubrimientos más sorprendentes de los últimos años sobre la vida en el planeta azul.
1. Hasta hace poco, los científicos pensaban que en la biosfera profunda, a una profundidad de tres kilómetros en la corteza terrestre, solamente habitaba un grupo de organismos unicelulares. Sin embargo, una investigación internacional publicada en Nature en 2011 reveló que también existen seres multicelulares. Se trata de gusanos nematodos, hallados a una profundidad de entre 0,9 y 3,6 kilómetros en una fractura bajo el agua de las minas de Sudáfrica, que soportan las limitaciones de temperaturas, energía, oxígeno y espacio propias de esa zona. Miden medio metro, se reproducen asexualmente y se alimentan de bacterias.
2. Existen numerosas especies con «brújulas internas» que se orientan por el campo magnético terrestre, entre ellas las truchas arcoíris (Oncorhynchus mykiss), los salmones, los delfines comunes de Guayana, las palomas y las tortugas marinas. En muchos casos se debe a que poseen en alguna parte de su cuerpo cristales de magnetita, un óxido de hierro que actúa como un imán.
3. La cueva más profunda del mundo fue hallada hace poco por una expedición hispano-rusa en la región de Abkhazia, cercana al Mar Negro. Se encuentra a -2.191 metros de profundidad, y en ella se han encontrado cuatro nuevas especies de artrópodos, sin ojos y carentes de pigmentación (color), que se mueven en la oscuridad usando «una especie de antena parabólica química», según explicaba Enrique Baquero, zoólogo de la Universidad de Navarra y coautor del trabajo.
4. Ni la solidaridad ni el gusto por la música son rasgos exclusivos del ser humano. Según publicaba la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la solidaridad y la bondad son sentimientos gratificantes también para los monos capuchinos, que prefieren compartir los alimentos con otros monos conocidos o de la familia que comerse doble ración ellos solos. Y un equipo de investigadores de las universidades de Maryland y de Wisconsin-Madison (EE UU) ha confirmado en un estudio con titíes de cabeza blanca (Saguinus oedipus) que estos monos responden a los estímulos de la música. En un experimento que publicaba la revista Biology Letters, los animales se tranquilizaron cuando escucharon una melodía alegre, y se pusieron muy nerviosos cuando oyeron una tonada amenazante.
5. Según publicaba hace poco la revista Leiolepis, en Vietnam vive una lagartija (Leiolepis ngovantrii) que se reproduce sin necesidad de un macho, mediante un proceso de «clonación natural» que se conoce como partenogénesis. Científicos británicos descubrieron también recientemente que las hembras del lagarto más grande del mundo, el dragón de Komodo (Varanus komodoensis), son capaces de reproducirse sin ser fecundadas por un macho. Otros animales en los que se observa partenogénesis son los insectos (principalmente hormigas, abejas e insectos palo) e incluso el tiburón martillo (Sphyrna mokarran) si se da la circunstancia de que los machos escasean.