La importancia de las colecciones científicas
La descripción de una especie se basa en lo que se conoce como ejemplares tipo, que constituyen un patrón de referencia. Los tipos son un instrumento esencial para los taxónomos y un patrimonio de la ciencia, por lo que deben guardarse en instituciones que garanticen su conservación y sean accesibles a la comunidad científica. En ocasiones, sin embargo, resulta difícil reconocer una especie porque no existe material tipo con el que hacer la comparación. En estos casos, lo aconsejable es rastrear los probables tipos en colecciones históricas, anteriores al siglo XX.
Así lo han hecho científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y del Museo de Cincinnati, que a partir de tres ejemplares procedentes de colecciones históricas han podido aclarar el estatus taxonómico del caracol terrestre Isomeria morula, del que sólo se conocía la descripción original, y lo han publicado en la revista Journal of Conchology. La localización de tres especímenes de este taxón, procedentes de colecciones de Ecuador de la segunda mitad del siglo XIX, les ha permitido redescubrir esta especie. Los ejemplares pertenecen al MNCN y al Museo de Zoología de la Universidad de Michigan. El espécimen del MNCN ha sido seleccionado como el lectotipo de Isomeria morula, quedando de este modo aclarada su posición taxonómica. Los investigadores han descrito las características del caracol y proporcionan una clave para distinguirlo de otras especies del género Isomeria. Rafael Araujo, del MNCN, asegura que «este artículo refleja la importancia de las colecciones científicas y cómo la colaboración internacional entre especialistas ha permitido la localización de un tipo extraviado».
Los caracoles terrestres del género Isomeria se distribuyen por el noroeste de Sudamérica: Colombia, Ecuador y Perú. Aunque se han reconocido 35 especies y subespecies, se sabe muy poco de su biología, ecología y estado de conservación. Dado que los pleurodóntidos -la familia a la que pertenecen- se encuentran entre los caracoles más grandes y conspicuos del Neotrópico, esta escasez de datos refleja el pobre conocimiento que se tiene de los moluscos neotropicales.