El tamaño de los ojos de las aves depende de la luminosidad de su hábitat

Es la conclusión a la que ha llegado un grupo de Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) que han determinado cómo influye la luminosidad del hábitat en el tamaño relativo de los ojos de un grupo de especies de aves amazónicas.

Batará variable (Thamnophilus caerulescens) uno de los representantes más comunes de los Thamnophilos, un grupo de aves especializados en la vida en el interior del bosque neotropical. / Diego Gil

Se sabía que el tamaño relativo de los ojos está relacionado con los niveles de luz de los hábitats donde viven los distintos organismos. Así, por ejemplo, las aves nocturnas o los peces abisales poseen ojos mayores de lo que se esperaría dado su tamaño. Y la razón es tan sencilla como que un mayor tamaño ocular aumenta la capacidad visual cuando los niveles de luz son bajos permitiendo discernir presas o depredadores facilitando, además, la comunicación en condiciones de casi oscuridad. Ahora bien, lo que no se sabía es hasta qué punto estas diferencias en tamaño relativo de ojo se extienden a hábitats en los que hay menos variación en niveles de luz. Y para ello se ha investigado la comunidad de aves que vive en la selva amazónica donde la luminosidad varía mucho de una zona a otra dado el elevado porte de los árboles y la intrincada vegetación, lo que provoca distintas zonas de luminosidad muy diferente.

Cada especie de las que integran la comunidad de aves de esta región, una de las más diversas del mundo, elige sus hábitats en función de dos variables: la distancia del borde del bosque y la altura de la vegetación en la que viven”, explica Cristina Martínez, bióloga por la Universidad Complutense de Madrid.

El estudio, publicado en la revista Ecology and Evolution, se centró en determinar si el tamaño relativo del ojo de un grupo de especies de la selva amazónica (Manaus, Brasil) variaba en función de esta elección de hábitat. Se basaba en la predicción de que las aves que evitan las lindes y aquellas que viven en las zonas de sotobosque, donde la luminosidad es menor, tendrían ojos mayores que aquellas que viven cerca de los bordes del bosque o en el dosel de los árboles.

Para ello se censaron las aves a distintas distancias del borde de la selva con el fin de caracterizar su elección de hábitat y después determinar la relación entre estas variables y el tamaño relativo de los ojos. Eduardo Santos, investigador de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) explica que “Las mediciones del tamaño de ojo se efectuaron sobre fotografías, usando como escala el tamaño de pico cuya medida se obtuvo gracias a los ejemplares de la colección del Museo de Historia Natural de Sao Paulo.

Y los datos arrojados por el estudio avalan esta teoría. Sin embargo no se encontraros diferencias derivadas de la altura de la vegetación. “El patrón encontrado apunta que las aves compensan los bajos niveles de luz con un tamaño de ojo mayor. Esta variación sugiere que existen costos derivados de tener un ojo grande y que el tamaño relativo de los ojos es el resultado de un balance entre costos y beneficios biológicos”, concluye Diego Gil, investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

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