El metabolismo I. Mucho se habla de él, pero ¿sabemos lo que es?
Muchas veces hemos oído hablar del metabolismo. Incluso, sirve para justificar diferentes morfologías externas. ¿Quién no ha escuchado lo de metabolismo alto y metabolismo bajo? Bueno, pues hoy vamos a poner un poco de luz en todo esto.
En cualquier sistema vivo, los intercambios de energía ocurren durante miles de reacciones químicas diferentes. Muchas de las cuales se producen simultáneamente. La suma de todas estas reacciones se conoce como metabolismo (del griego metabole, que significa «cambio»). Si nos limitáramos meramente a enumerar la lista de las reacciones químicas individuales, sería difícil entender el flujo de energía a través de una célula. Afortunadamente, hay algunos principios que nos guían por el laberinto del metabolismo celular:
- Virtualmente, todas las reacciones químicas implican enzimas (grandes moléculas de proteínas que desempeñan papeles muy específicos).
- Se pueden agrupar estas reacciones en una serie ordenada de pasos, que comúnmente se llama ruta.
Rutas metabólicas
Una ruta puede tener una docena o más de reacciones o pasos secuenciales. Cada ruta sirve a una función de la vida global de la célula o del organismo. Más aún, ciertas rutas tienen muchos pasos en común. Por ejemplo, las que están vinculadas con la síntesis de los aminoácidos o de las distintas bases nitrogenadas. Algunas rutas convergen. Por ejemplo, la ruta por la cual se degradan las grasas para producir energía conduce a la ruta por la cual se degrada la glucosa para producir energía.
Muchos sistemas vivos tienen rutas que les son únicas. Las células vegetales, por ejemplo, gastan mucha de su energía construyendo sus paredes celulares, actividad en la cual no están comprometidas las células animales.
No es sorprendente que las diferencias distintivas de función entre las células y organismos se relacionen no solo con sus formas, sino también con su bioquímica. Lo que resulta sorprendente es que la mayor parte de los metabolismos sea notablemente similar aún en los organismos más diversos. Las diferencias en muchas de las rutas metabólicas de los seres humanos, los robles, los hongos y las medusas son muy leves. Algunas rutas, por ejemplo la glucólisis y la respiración, son virtualmente universales: están en casi todos los sistemas vivos.
Fuente: Biología. Curtis & Barnes.
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