Reflexiones sobre los test COVID-19

Marta Arroyo, colegiada del COBCM, realiza una interesante reflexión sobre los test que se están utilizando para la detección del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, que tiene paralizado a medio mundo. Desde el COBCM agradecemos enormemente su colaboración.

Una introducción a los test

Me gustaría compartir a continuación algunas reflexiones sobre los test de detección de COVID-19, en concreto los test serológicos y las famosas pruebas PCR.

Cada tipo de test tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y deben utilizarse en el momento y con el grupo de población adecuado, con la intención de obtener la información para que la que está diseñado cada muestreo (y no otra). Los test por sí solos no resuelven nada, son una herramienta diagnóstica, e igual que la detección de síntomas o el análisis de patologías previas, pueden aportar información epidemiológica muy valiosa, si se saben utilizar bien.

Como se ha explicado desde el Ministerio de Sanidad y algunos medios, la idea del muestreo poblacional que se acaba de empezar a realizar, es identificar estadísticamente qué inmunidad hay en la población en general. Para ello, como herramienta, se utilizan los test serológicos (más rápidos y baratos), repetidos 3 veces a lo largo de 8 semanas, para estudiar la evolución de la pandemia y la posible aparición de inmunidad, a base de analizar anticuerpos en una muestra de población amplia y variada. Lo dicho, dentro del marco de un muestreo específicamente diseñado, con sus objetivos y su metodología.

Y es justo ahora el momento de hacerlo. En caso de haberlo hecho antes, que había muy pocos contagiados o estaban en las primeras fases de la enfermedad, los test no habrían mostrado resultados significativos porque la población aún no había desarrollado anticuerpos. El motivo de hacerlos ahora es poder planificar la desescalada a largo plazo, a partir del verano, ver qué puede pasar si hay un rebrote en otoño y prepararnos mejor para ese escenario.

PCR

Otra cosa son las PCR. En este caso, las limitaciones son: el precio (el aparato es carísimo), la falta de reactivos (no dan abasto para fabricarlos a la vez en todo el mundo) y que hace falta personal especializado para llevarlos a cabo y analizar los resultados.

test covid-19

Las PCR son el test más fiable para diagnóstico precoz, incluso sin síntomas. Pero debido a la escasez que decíamos antes, deben hacerse de manera prioritaria al personal sanitario y a la población de riesgo (ancianos, enfermos crónicos, embarazadas, etc.) y luego ya, si hay suficiente disponibilidad, al resto de la población, valorando siempre órdenes de prioridad sensatos.

Y después, ¿qué?

Ni qué decir tiene que un test puede dar negativo y al día siguiente contagiarte. Como también es evidente que cada tipo de test tiene un determinado margen de error o fiabilidad.  Se trata de pruebas diagnósticas que pueden ayudar a la toma de terminadas medidas de aislamiento, protección, etc., pero desde un punto de vista clínico, tanto si el resultado es positivo como negativo, el tratamiento de los síntomas debe ser el mismo. Asimismo, tanto los casos positivos como los negativos, deben mantener las medidas establecidas para evitar contagiar y contagiarse en cualquier caso. 

A alguien le podría parecer que hacer tests sea una manera de tirar el dinero, pero creo que ha quedado clara la utilidad que tienen desde el punto de vista epidemiológico. Cualquier mecanismo que nos dé información sobre la propagación de este nuevo virus y nos haga ganar tiempo hasta tener la vacuna, ¡bienvenido sea!

Sería maravilloso que todos tuviéramos los dos tipos de test en cantidad suficiente y nos los hicieran con cierta frecuencia, pero como eso no es posible ni sensato, usémoslos para lo que sirven y con las prioridades más lógicas. 

Marta Arroyo. Bióloga

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