Estrategias de reproducción (y ii)

Con esta segunda entrega, terminamos la miniserie sobre las diferentes estrategias de reproducción que se han ido seleccionando evolutivamente.

La ventaja de ser asexual

Cuando consideramos la evolución de la reproducción sexual, una población que se reproducen asexualmente puede incrementar en número mucho más rápidamente que una población que se reproduce sexualmente. La reproducción asexual tiene otras ventajas. Por ejemplo, muchas plantas se reproducen por medio de estolones y, al hacerlo, pueden ser capaces de crecer hasta cubrir un área muy grande. Todas las plantas producidas representa un solo genotipo. Una planta joven que se desarrolla de esta manera tiene un aporte continuo de recursos procedentes de la planta madre y de este modo, una probabilidad mucho más considerable de sobrevivir. En varios estudios se aprecia la muy alta mortalidad en las etapas tempranas de crecimiento de plantas originadas de semillas, comparada con el riesgo uniforme de muerte de las plantitas originadas de estolones.

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Imagen de Mundo Huerto
Partenogénesis

Otra forma de reproducción asexual es la partenogénesis, el desarrollo de un organismo a partir de un óvulo no fecundado. En las especies en las cuales el gameto masculino determina el sexo de la descendencia la partenogénesis siempre produce progenie femenina exclusivamente. Así es mucho más eficiente que la reproducción sexual.

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La partenogénesis en las plantas carece de la ventaja del sistema de apoyo parental que proporciona el crecimiento vegetativo, pero esto se contrarresta con las posibilidades de mayor número de descendientes y habitualmente una mayor dispersión de la progenie. El diente de león se reproduce partenogenéticamente. Los individuos forman inflorescencias conspicuas y también algunos granos de polen no funcionales. Lo cual puede ser considerado como evidencia de que las actuales especies asexuales de diente de león evolucionaron de especies sexuales. Como consecuencia de la reproducción partenogenética, los dientes de león que crecen en una única localidad frecuentemente están formados por varias poblaciones diferentes, cada una compuesta por individuos genéticamente idénticos. Otto Solbrig comparó dos de estas poblaciones de dientes de león que crecían juntas en varias localidades cerca de Ann Arbor, en Michigan. Un genotipo, el genotipo D, superó al otro en todas las condiciones ambientales, tanto en el número de plantas que sobrevivieron como en su peso seco total. Por otra parte, el genotipo A, siempre produjo más semillas y lo hizo más temprano, de modo que siempre se adelantaba al otro cada vez que un área recién alterada estaba disponible para ser ocupada.

Especies completamente asexuales se encuentran también entre los invertebrados pequeños -algunos rotíferos, por ejemplo-. Recientemente se han encontrado varias especies de peces, lagartos y ranas que aparentemente solo se reproducen partenogenéticamente. Muchos otros organismos alternan fases sexuales con asexuales. Las purgas de agua dulce (Daphnia), por ejemplo, se multiplican por partenogénesis cuando el plancton del cual se alimentan es abundante. Luego, en respuesta a cierto estímulo ambiental, comienzan a producir tanto machos como hembras. Típicamente, la fase asexual ocurre cuando las condiciones son favorables para el crecimiento local rápido, la fase sexual, cuando la población está enfrentando un futuro incierto y condiciones menos homogéneas.

Entre los organismos que alternan la fase sexual y asexual se encuentra el díptero Miastar formado de agallas que se alimenta de hongos, y el cual probablemente debería ser premiado por su desarrollo precoz entre los animales multicelulares. Estas moscas, que se encuentran en las camas de setas, pueden reproducirse sexualmente. Sin embargo, cuando hay abundante alimento disponible una hembra puede producir huevos partenogenéticamente y estos quedan retenidos dentro de su cuerpo. Las larvas se desarrollan dentro de la madre, devora sus tejidos y omitiendo la metamorfosis habitual completamente, emergen con huevos dentro de sus propios tejidos. En dos días de estos huevos emergen larvas que devoran a su propia madre y, a su vez, pronto son devoradas. Finalmente, en respuesta a cierta señal ambiental, el ciclo partenogenético es interrumpido y las hembras producen machos y hembras normales que vuelan en busca de nuevas setas.

Algunas consecuencias de las estrategias de reproducción

Los organismos oportunistas que explotan rápidamente un ambiente y luego emigran, parecerían llevar existencias riesgosas tanto como individuos y como especies; no siempre puede haber otra seta. Sin embargo, las poblaciones de estos organismos se caracterizan por poseer una notable capacidad de recuperación, porque pueden edificar rápidamente una población a partir de unos pocos individuos. Por el contrario, las poblaciones compuestas por individuos de vida larga y lentos en madurar, que parecerían tener una alta probabilidad de supervivencia a largo del año, son muy lentas para recuperarse cuando se reduce su tamaño. Tanto el cóndor de California como la grulla gritadora se encuentra en esta categoría. Cada uno de ellos no comienza a reproducirse hasta que tiene aproximadamente cuatro años, cada uno crea un solo polluelo por estación y cada uno se encuentra amenazada de extinción.

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Fuente: Biología. Curtis & Barnes.

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