Patrones de evolución
La selección natural es un proceso complejo que opera de manera continua en todas las poblaciones. Su resultado, en cualquier caso particular, depende de numerosísimos factores. Sin embargo, visto desde una perspectiva más amplia, su efecto es producir diferentes patrones de evolución. Uno de estos patrones es la coevolución, por la cual organismos de diferentes especies actúan como fuerzas selectivas unos sobre otros. En otros patrones de evolución, la selección natural puede producir fenotipos notablemente similares en organismos lejanamente relacionados e, inversamente, fenotipos ampliamente diferentes en organismos íntimamente relacionados.
Evolución convergente
Los organismos que ocupan ambientes similares suelen parecerse entre sí, aunque solo tengan una relación filogenética muy lejana. Cuando están sujetos a presiones selectivas similares, muestran adaptaciones similares. Las ballenas, un grupo de mamíferos que incluye a los delfines y a las marsopas, son similares a los tiburones y otros peces grandes en su forma aerodinámica y otros aspectos externos, pero las aletas de las ballenas ocultan los remanentes de una mano de tetrápodos. Las ballenas son homeotermos, al igual que sus antecesores terrestres y poseen pulmones en lugar de branquias. De modo análogo, dos familias de plantas invadireron los desiertos de diferentes partes del mundo, originando a los cactos y a las euforbias. Ambas desarrollaron tallos carnosos grandes, con tejidos reservantes de agua y espinas protectoras, y parecen superficialmente similares. Sin embargo, sus flores completamente diferentes revelan sus orígenes evolutivos ampliamente separados.
Evolución divergente
La evolución divergente ocurre cuando una población se aísla del resto de la especie y debido a presiones selectivas particulares comienza a seguir un curso evolutivo diferente. Por ejemplo, Ursus arctos, el oso pardo, se difundió por todo el hemisferio norte, desde los bosques caducifolios a través de los bosques de coníferas hasta la tundra. Esto sucedió aproximadamente hace 1,5 millones de años. Como es tan característico de las especies muy difundidas presenta muchos equipos locales. Durante una de las glaciaciones masivas del Pleistoceno, una población de Ursus arctos se separó del grupo del grupo principal y, según la evidencia fósil, este grupo, bajo la presión selectiva del ambiente hostil, evolucionó originando el oso polar, Ursus maritimus. Los osos pardos, aunque son miembros del orden de los carnívoros y están muy relacionados con los perros, son principalmente vegetarianos y suplementan su dieta solo ocasionalmente con peces y animales de presa. Por el contrario, el oso polar es casi completamente carnívoro y su dieta básica la constituyen las focas. El oso polar difiere físicamente de los otros osos en varios aspectos, incluyendo su color blanco, sus dientes de tipo carnívoro, su cabeza y hombros más aerodinámicos, y las cerdas rígidas que cubren las plantas de sus pies, asegurando aislamiento y tracción sobre el hielo resbaloso.
Como ilustra el ejemplo del oso polar, la evolución divergente puede llevar no solo a la diferenciación de con tipos adaptados localmente, sino también a la formación de especies nuevas.
Fuente: Biología. Curtis & Barnes.