Panspermia
Y allí estaba, la Tierra, tan hermosa como siempre aunque algo desfigurada, brillante y a la vez sombría, cálida pero fría. La Tierra se presentaba como un ser inerte ante las estrellas. Se encendían las luces, pero el escenario estaba vacío.
Y fue de repente. Se pudo observar a lo lejos un destello que, en vez de amainarse, se propagaba dejando ver su magnitud. Era un meteorito lleno de lo que a la Tierra le faltaba en aquel momento, vida.
Ese fragmento de roca albergaba todo tipo de microorganismos que poco a poco irían formando la gran variedad de especies actuales de la desdichada Tierra. En este fragmento, no se podía encontrar otra cosa que no fuera esperanza, ilusión y desconcierto.
¿Era aquel el gran desencadenante que esperaba el mundo con los brazos alzados al espacio? Ahora, podemos afirmar que sí. Las cianobacterias, las células procariotas y sobre todo los primeros microorganismos son los grandes protagonistas de esta historia. Ellos son los que, quien sabe con cuanto esfuerzo, hicieron de esta Tierra un lugar habitable, singular y especial. Ellos son la clave de la evolución, ellos son nuestros héroes.
Seres minúsculos no perceptibles por los sentidos humanos, no se ven, no se sienten, no se escuchan. Son silenciosos, pero es un silencio que construye, es el silencio de la vida.
Autor: Miguel Pérez Fanjul. Colegio Andel, 4º ESO.