Requiem por una Posidonia
Queridos Homo sapiens,
Me veo obligada a exponer la agonía de mi situación dado que vuestras actividades nos han condenado a mí y a mis compañeros a acabar en el estado en el que nos encontramos.
Me presento, soy una pequeña célula de una planta Posidonia, una entre mis compañeras que formamos las praderas mediterráneas. Me estoy muriendo. Mi pobre cloroplasto no tiene fotones que recibir y sus fotosistemas se encuentran vacíos, no tienen forma de excitarse y transportar ese electrón que por insignificante que parezca constituye la base de la vida en nuestro planeta. Me quedo sin ATP, sin fuerzas, sin recursos para fijar el carbono, a pesar de que me estoy quedando sin espacio en el estroma para almacenar las cantidades ingentes de dióxido de carbono. Asimismo, me he convertido en lo que no quiero, en mediadora de situaciones muy tensas que ni siquiera dependen de mí. La mitocondria no me pone el trabajo fácil, tiene hambre y su instinto de supervivencia no atiende a razones. La falta de glucosa imposibilita la oxidación del piruvato en el ciclo de Krebs y como consecuencia la ATPasa se encuentra inmovil, no hay fuerza alguna que permita la síntesis de energía. Mi deseo de reproducirme se ve truncado cuando mi ADN no puede replicarse por esta falta de recursos y como yo, miles de productores primarios de este y otros hábitats. Este desamparo no lo comparten las algas de los lagos eutróficos, ellas, debido a un exceso de nutrientes que proviene de algunos fertilizantes, campan a sus anchas, con una cantidad ingente de recursos, multiplicándose de forma masiva dejando de este modo sin luz ni espacio con quienes comparten ecosistema. Ni tanto ni tan poco. Parece que vosotros, los humanos, que de tal inteligencia presumís no sabéis establecer un equilibrio.
Me imagino, al otro lado del estrecho, una dorsal oceánica donde se encuentran las bacterias quimiolitotrofas, ellas son la única esperanza de supervivencia de los ecosistemas marinos fijando carbono sin necesidad de luz. A mí me gustaría adoptar ese rol de organismo productor, pero no me lo permitís. Además, vuestro ritmo de vida va más rápido del que la evolución puede llegar a alcanzar para escoger y replicar los productores que no necesiten de luz para crear vida y todo para que vuestras células estén abastecidas. Sin embargo, si esto sigue así, ni vuestros ribosomas podrán sintetizar las proteínas que necesitáis para crecer, ni vuestras vesículas podrán transportar las moléculas necesarias para vivir si el aparato de Golgi no las produce. Vuestras emisiones descontroladas de gases de efecto invernadero han llevado a una transgresión del mar, posicionándonos a muchas especies marinas en un nivel más profundo de este al cual la luz solar no es capaz de llegar.
Dicho esto espero que reflexionéis y que revirtáis la situación que nos concierne.
Muchas gracias y un saludo.
Autora: Lorena Álvarez Ibañez. Colegio Estudiantes. 1º BTO.