Luces en el océano

En el Océano Índico, la bacteria Vibrio fischeri proporciona el único ejemplo de bioluminiscencia visible desde el espacio, con una llamativa fosforescencia de color azul verdoso. Pero hay muchos otros seres marinos cuyo organismo es capaz de emitir luz mediante una reacción química natural. Se sabe que este fenómeno de bioluminiscencia se emplea para atraer a las presas, para esconderse y para asustar a los depredadores. O también con fines reproductivos. Este último es el caso de ciertos gusanos Odontosyllis. «Varias especies de este género emiten luz durante la reproducción: en los meses de verano, pocos días después de la luna llena, los gusanos marinos dejan el fondo y nadan hacia la superficie», explica Aida Verdes, que comenzó su carrera en el grupo de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). «Las hembras aparecen primero, poco después del atardecer y nadan en círculos mientras secretan un mucus luminoso. Los machos son atraídos por la luz y nadan hacia las hembras emitiendo destellos cortos de luz. Machos y hembras se agrupan en la superficie y descargan los gametos en la columna de agua, donde se produce la fertilización. Muchos investigadores han observado y estudiado este fenómeno, pero se conoce muy poco acerca de las características bioquímicas, las funciones de la luz y la evolución de la bioluminiscencia en estos gusanos marinos», añade en este artículo que difunde la UAM Gazzette.

Y también hay dinoflagelados con luz propia como Noctiluca scintillans (comúnmente conocida como chispa de mar), medusas bioluminiscentes, estrellas de mar, moluscos y crustáceos que brillan… E incluso se sabe que 50 de las más de 500 especies de tiburones conocidas emiten luz.