Luz y plantas, una relación de amor

De todos es sabido que las plantas son uno de los organismos que más reaccionan ante la luz. Tanto por la cantidad como por la calidad de la misma. Sabemos que no podemos poner todas las de casa en el mismo lugar, porque unas necesitan luz directa, otras no, etc. Y también estaría la parte de la temperatura, humedad, etc., pero eso ya lo dejamos para otro post.

Aunque las plantas no pueden moverse de un lugar a otro como reacción ante los estímulos, pueden alterar significativamente su relación con el ambiente a través de sus patrones de crecimiento. Muchas respuestas de estas son más lentas que las de los animales, pero no son menos efectivas para resolver los problemas con los cuales el ambiente confronta al organismo.

Muchas de las actividades de una planta -especialmente los ciclos de crecimiento activo, reproducción y dormición- están sincronizadas finamente con el patrón de variaciones estacionales.

Fototropismo y hormonas

Un tropismo es una respuesta de crecimiento que implica la curvatura de una parte de la planta hacia o en sentido contrario de un estímulo externo que determina la acción del movimiento. El fototropismo es la respuesta de crecimiento de las plantas a la luz. Si es hacia la misma se denomina fototropismo positivo (por ejemplo, las ramas) y si es en contra se denomina fototropismo negativo (por ejemplo, las raíces).

Una de las respuestas más obvias y útiles de las plantas  es su fototropismo positivo. Es decir, su curvatura hacia la luz. Esta respuesta de «ir hacia la luz» tiene un alto valor para la superviviencia de las plantas jóvenes.

Pero el estímulo externo no es suficiente. Debe generar unos cambios en el interior de la planta que la hagan reaccionar de esta manera: las hormonas. Una hormona es una sustancia química producida en un tejido y transportada a otro, en el que ejerce uno o más efectos altamente específicos. En las plantas encontramos las siguientes relacionadas con el fototropismo:

  • Auxinas: Hace que las células de la región de crecimiento caulinar (rizomas y tallos) se alarguen.
  • Citocininas: Estimula la división celular.
  • Etileno: Responsable de la maduración de los frutos.
  • Ácido abscísico: Inhibe el crecimiento.
  • Giberelinas: Controlan, junto con las auxinas, el alargamiento de los árboles y arbustos maduros.
  • Oligosacarinas: Estimulan la producción de antibióticos ante infecciones externas.

Fotoperiodicidad y floración

La fotoperiodicidad es el fenómeno por el que organismos vegetales miden los períodos relativos de luz y oscuridad. Los cambios estacionales en muchas regiones de la biosfera son los más importantes a los que los seres vivos nos tenemos que adaptar.

Las plantas son de tres tipos generales: Plantas neutras (florecen independientemente de la longitud del día); Plantas de días cortos (florecen al comenzar la primavera o el otoño); Plantas de días largos (florecen en verano). La detección del intervalo de luz diaria puede ser muy precisa. En alguna variedades, 5 o 10 minutos de diferencia en la exposición pueden determinar si una planta florecerá o no.

Pero las plantas también puede medir los períodos de oscuridad. Si a una planta se la interrumpe el periodo de oscuridad con una sola exposición de un minuto de duración de luz con una lámpara de 25 watios, puede hacer que se interrumpa la floración o se adelante, dependiendo del tipo de planta según lo mencionado en el párrafo anterior.

Al igual que en el fototropismo, la fotoperiodicidad también tiene su molécula. Se trata de un pigmento llamado fitocromo. Este promueve la floración en plantas de días largos e inhibe la floración en plantas de días cortos. Es como una llave de encendido y apagado. Así son las plantas, una misma molécula les sirve para hacer una cosa o la contraria en función de la especie en la que se encuentre.

 

Fuente: Biología. Curtis & Barnes.