Biología y Navidad

Biología y Navidad

Muchas son las tradiciones navideñas que utilizan elementos biológicos. Hoy hablaremos del origen de dos de ellos: el árbol de navidad y el muérdago. Ambos tienen orígenes distintos y, en el caso del abeto, no muy claros. Sin embargo, tienen en común que ambas vienen de tradiciones paganas que le cristianismo adoptó como propias, al no poder erradicarlas por estar tan asentadas en la población.

En España estas tradiciones son muy recientes. De hecho, la del muérdago aún no está muy asentada en la población. Y no sabemos si alguna vez lo hará.

El árbol de Navidad

No está muy claro su origen. Ya Jeremías, profeta del siglo VII a.C. revela en sus versículos una costumbre ancestral: cortar un árbol y adorarlo. En Babilonia se ponían regalos debajo de dicho árbol.

 

Sin embargo, la utilización del abeto como Árbol de Navidad proviene, según coinciden los historiadores, de los Celtas de Europa Central. Según se iba extendiendo el cristianismo, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, fue uno de los promotores de esta mezcla de costumbres, ya que, cuenta la leyenda, fue quien reemplazó uno de los árboles que representaba al Dios Odín por un pino para honrar al Dios cristiano.

Dicho árbol, siguiendo la costumbre llamada pagana, también estaba adornado. Pero con manzanas que representaban el pecado original y con velas que representan la luz de Jesucristo. Extendiéndose aún más el cristianismo se fueron tomando algunas de estas tradiciones como propias de esa religión. Y se adoptó la idea del árbol para honrar a Cristo.

Sin embargo, el uso y el abuso desmedido del abeto como adorno navideño es lo que  la ha llevado a encontrarse en peligro de extinción. Actualmente, el acebo es una especie protegida y está prohibida su recolección.

No transplantes tu abeto

Si eres de los que utiliza un árbol de Navidad natural, las autoridades advierten que, lo último que se debe hacer cuando acaben las fiestas, es transplantarlo. Cuando la Navidad termine, debes llevar tu árbol de Navidad a los viveros de los ayuntamientos. Así como a otras organizaciones especializadas para que puedan ser recuperados o convertidos en «compost». Lo que no se debe hacer nunca es plantarlo en el monte, porque si coinciden con otro tipo de especie pueden entorpecer el ecosistema.

Sin embargo, desde el COBCM apostamos por los árboles de navidad artificiales. O cualquier otra alternativa que no suponga la muerte de un abeto. El uso y el abuso desmedido de esta planta como adorno navideño es lo que  la ha llevado a encontrarse en peligro de extinción. Actualmente, el acebo es una especie protegida y está prohibida su recolección.

El muérdago

El muérdago siempre ha tenido una posición privilegiada entre los druidas nórdicos. Para ellos era sagrado y lo consideraban mágico por permanecer verde todo el año. Los escandinavos creían que era una planta que otorgaba la paz. Es en el siglo XVIII donde toma un sentido más romántico. Surge la creencia de que las mujeres casaderas, si se besan bajo el muérdago colgado sobre las puertas encontrarán en el amor o conservaría el que ya tuviera.