¿Un biólogo consultor?
En los últimos meses, he trabajado en una consultoría de I+D+i. Esta experiencia he aprendido muchísimos términos de software a los que no estamos acostumbrados los biólogos. También, me ha llevado a aprender de muchos ingenieros (caminos, industrial, químico, alimentación, etc.) y a familiarizarme con muchos términos, como modelos de negocio, estudios de mercado, previsiones de mercado, etc. Sin duda, aunque haya sido breve, ha sido muy enriquecedor. Asimismo, he aprendido cositas de deducciones fiscales o cómo hacer memorias técnicas para solicitar ayudas como las NEOTEC.
La consultoría es una oficina donde un conjunto de trabajadores, normalmente ingenieros y personas formadas en empresariales o estudios similares, se encuentran desarrollando memorias técnicas, presentaciones, gestiones y supervisión de diversos proyectos relacionados con empresas grandes, medianas o pequeñas. En general, se suele ayudar a estas empresas en la realización de determinados trámites, tales como presentaciones de proyectos a ayudas financieras como NEOTEC, ayudas de préstamo como ENISA, deducciones fiscales que se deben presentar cada año o los sellos pyme que necesitan las empresas.
Adaptación al puesto de biólogo consultor
Ante esta experiencia, como en cada lugar en el que trabajo, me doy cuenta que, sin duda, los biólogos somos importantes en cualquier ámbito. En efecto, en una consultoría también, especialmente porque el software en muchos casos está aplicado a tecnología de alimentos, medio ambiente, salud, etc.; que, sin duda, nos llevan a necesitar a los ingenieros o personas formadas en finanzas y empresariales, pero también, a otras especialidades, sin las cuales, actualmente, en un mundo globalizado, no podríamos abarcar del todo. Por ello, los biólogos pueden, y deben, ser considerados perfiles para la consultoría, aunque claro, tendremos que aprender muchas cosas para poder llevar a cabo todas las tareas.
No obstante, creo que se puede aprender cualquier cosa, si se quiere y si la persona le pone ganas. Por supuesto, también necesitas tiempo y desarrollo, para crecer y llegar a desarrollar todos esos nuevos conocimientos llevados a tu trabajo.
Cabe destacar que es raro el biólogo tonto o que no es trabajador, los habrá, pero son los menos. Por tanto, el biólogo que apueste profesionalmente por un ámbito como consultoría, encontrará que nos cuesta la parte financiera, mas los apartados del impacto medio ambiental, la técnica o tecnológica y las búsquedas por internet, no suelen ser un problema para nosotros.
Finalmente, quiero destacar que estoy agradecida por estos meses a la empresa donde he realizado un trabajo y una introducción a este mundo que, sin duda, me reafirma en que el biólogo es muy necesario. Incluso en los lugares menos pensados.
Autora: Ana María Morón. Ammu Neuroscience&Biology.