Microorganismos y ecología humana

La simbiosis («vivir juntos») es una asociación íntima y a largo plazo entre organismos de diferentes especies. Aunque hay cierto desacuerdo en lo que concierne a establecer con precisión qué constituye una relación simbiótica, y aunque los detalles de la relación entre dos especies íntimamente asociadas son frecuentemente difíciles de determinar, en general se considera que las relaciones simbióticas son de tres tipos. Si la relación es beneficiosa para ambas especies se llama mutualismo. Si una especie se beneficia de la asociación mientras que la otra no es dañada ni beneficiada, se llama comensalismo. Si una de las especies se beneficia y la otra es dañada, la relación se conoce como parasitismo.

Una gran variedad de microorganismos vive simbióticamente con seres humanos, pero las líneas de demarcación entre las diferentes categorías de simbiosis no son netas. Una bacteria como E. coli, que vive en el intestino grueso, puede ser un comensal que depende de su huésped para alimentarse y protegerse, y no lo beneficia ni lo perjudica. Si produce una vitamina necesaria o una enzima digestiva, la relación es mutualista. Se alcanza el torrente sanguíneo y causa septicemia (envenenamiento de la sangre), es un parásito y un patógeno.

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Mycobacterium tuberculosis

El éxito evolutivo se mide en términos de progenie que sobrevive. Un microorganismo simbiótico que destruye a su hospedador antes de que se produzca y disperse su progenie a nuevos hospedadores, tiene menos probabilidad de éxito, según el criterio evolutivo, que uno que mantiene una larga y confortable relación con su protector. Así, la enfermedad generalmente es el resultado de un cambio repentino en el microorganismo, en el huésped o en la relación. Por ejemplo, muchas personas albergan una pequeña cantidad de Mycobacterium tuberculosis sin mostrar síntomas alguno de enfermedad; sin embargo, factores como la malnutrición, la fatiga u otras enfermedades pueden debilitar las defensas del hospedador de modo tal que aparezcan signos de tuberculosis. De modo semejante, los virus de herpes simples, que causan ampollas febriles o lesiones genitales, pueden permanecer latente durante meses o años y aparecer un brote solamente en respuesta a algún cambio en la condición del hospedador.

Como causan de enfermedad los microorganismos

Los efectos patógenos de los microorganismos son producidos de maneras varias. Los virus penetran en tipos particulares de células y a menudo las destruyen. Las bacterias también pueden producir destrucción celular. Sin embargo, los efectos que reconocemos como enfermedad a menudo no son causados por la acción directa de los patógenos, sino por toxinas o venenos producidos por ellos. Por ejemplo, la difteria es causada por un bacilo, el Corynebacterium diphtheriae. Los organismo se inhalan y establecen la infección en el tracto respiratorio superior, donde producen una poderosa toxina que es transportada a través del torrente sanguíneo a las células del cuerpo. Esta toxina, que se produce sólo cuando la bacteria hospeda un profago particular, inhibe la síntesis proteínica.

Algunas enfermedades son el resultado de la reacción del cuerpo al patógeno. En la neumonía causada por el Streptococcus pneumoniae, la infección causa una tremenda difusión de líquido y de células en los sacos aéreos de los pulmones, interfiriendo así en la respiración. Los síntomas causados por las infecciones de hongos en la piel resultan análogamente de respuestas inflamatorias.

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Streptococcus pyogenes

Un solo agente de enfermedad puede causar una variante de enfermedades. Las infecciones de la piel por Streptococcus pyogenes causa la enfermedad conocida como impétigo. Las infecciones de la garganta causadas por la misma bacteria es la conocida faringitis estreptocócica. La infección de la garganta con cepas de la bacteria que producen toxinas (nuevamente como resultado de un bacteriófago) es conocida como escarlatina. Entre las personas con faringitis estreptocócica o con escarlatina no tratadas aproximadamente el 0,5% desarrolla fiebre reumática, que es caracterizada por cambios inflamatorios en las articulaciones, el corazón y otros tejidos, aparentemente como resultado de reacciones que involucran al propio sistema inmune del cuerpo. Inversamente, muchos agentes pueden causar los mismos síntomas; el «resfriado común» puede ser el resultado de una infección con cualquiera de un gran número de virus.

Fuente: Biología. Curtis & Barnes.

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