Katalin Karikó y el ARN mensajero: el inicio de una revolución

Karikó nació hace 68 años en Hungría. Allí se doctoró en Bioquímica y comenzó su postdoctorado en el Centro de Investigación Biológica de la Academia Húngara de Ciencias. Más tarde, en 1985, viajó a Estados Unidos para continuar su investigación y en 1989 se incorporó como Profesora a la Universidad de Pensilvania.

Sus investigaciones se centraban en el ARN mensajero (ARNm), la molécula encargada de llevar las instrucciones del ADN hasta la maquinaria celular que fabrica las proteínas que necesita nuestro organismo. Karikó estaba convencida del potencial del ARNm para curar enfermedades. Su idea consistía en introducir al paciente una molécula de ARNm con la información necesaria que enseñara a las células a fabricar las proteínas para curarse. Su objetivo inicial era curar, no inmunizar. Pero sus ideas fueron rechazadas durante años y, en 1995, fue degradada de rango. Aceptó el puesto para poder renovar su visa en Estados Unidos.

“Pensé que tal vez no era lo suficientemente buena, ni lo suficientemente inteligente”. 

Katalin Karikó
karikó y weissman
Weissman y Karikó recibiendo sus primeras vacunas contra el SARS-Covid19 en Diciembre de 2020 / Penn Medicine

Pero solo unos años después, el inmunólogo Drew Weissman, que buscaba una vacuna contra el sida, quería que Karikó le ayudara. Y que lo hiciera con su idea, con el ARNm.

Al principio, no conseguían que el cuerpo fabricase suficientes proteínas para conseguir una respuesta inmune potente y el ARNm era considerado como vírico por el sistema inmunitario. Pero en 2005 dieron con la clave: cambiar una letra de la secuencia genética del ARN mensajero.

Así, en 2010, una empresa dedicada a investigar el tratamiento de enfermedades infecciosas con ARNm compró los derechos de las numerosas patentes que hasta entonces habían registrado Weissman y Karikó. La empresa era ModeRNA. Casi al mismo tiempo, otra empresa llamada BioNTech adquirió otras patentes destinadas a desarrollar vacunas contra el cáncer. En 2013, BioNTech contrató a Karikó. Hoy es la vicepresidenta senior de la compañía.

“Mi objetivo era utilizar el ARNm para codificar una proteína terapéutica que se pudiera administrar a un paciente con un ictus o un infarto de miocardio porque yo trabajaba en el campo de la cardiología y la neurocirugía, y quería evitar que se produjera una inflamación que pudiera empeorar la situación del enfermo”.

K. Karikó para BBVA
Vacunas para el SARS-CoV2 y mucho más

Hasta hace poco, las vacunas consistían en el propio patógeno atenuado o desactivado o en una proteína del patógeno que nuestro sistema inmunitario puede reconocer. Pero algunas de las vacunas tan esenciales en la lucha contra el SARS-CoV2 causante de la COVID-19 han sido diferentes, han sido vacunas de ARN mensajero. Son vacunas más rápidas de producir y más fáciles de modificar ante posibles mutaciones del virus. Y nunca habrían existido de no ser por el trabajo de Katalin Karikó.

Pero este ha sido solo el principio de la revolución biomédica del ARN mensajero.

Ya están en marcha, y en fase avanzada, diversos ensayos clínicos utilizando el ARNm contra enfermedades cardiovasculares. La idea es poder introducir la molécula en el corazón durante una cirugía para mejorar la capacidad del órgano. También hay ya ensayos en marcha de vacunas de ARNm contra enfermedades como el VIH, la malaria, el cáncer o incluso la esclerosis múltiple.

Ahora que ya se ha demostrado la utilidad de esta técnica para desarrollar vacunas, estoy convencida de que pronto tendremos más para otras enfermedades. Además es una terapia especialmente barata porque la medicina se produce en tu propio cuerpo, tú mismo te conviertes en la fábrica de medicamentos. Las aplicaciones son infinitas

K. Karikó para BBVA

Katalin Karikó es un ejemplo de perseverancia pese al rechazo inicial de sus ideas, y no solo ha sido esencial en salvar millones de vidas gracias a sus vacunas de ARNm, sino que también ha impulsado una revolución biomédica sin precedentes.

Katakin Karikó
Karikó en 1985 / Foto personal cedida a GatesNotes

Autora: Beatriz López Muñoz.

Bióloga. Experta en Comunicación Pública y Divulgación Científica (UAM)

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