Simbiosis de arbustos y micorrizas. Generalidades para aprender a ser más fuertes juntos
En el mundo vegetal, aparecen numerosas interacciones. Hoy nos centraremos en las interacciones positivas que presentan los microorganismos con las plantas, formando micorrizas, que son las asociaciones que literalmente significan “hongo-raíz”. Es decir, asociaciones simbióticas de tipo mutualistas (con beneficios para ambos organismos implicados) no patógenas, entre las raíces de plantas y los micelios de hongos. Estas interacciones son muy interesantes, ya que se definen como relaciones de “mutualismo-parasitismo”, debido a que se analiza desde la correlación con el estado de desarrollo, tanto de la planta como del hongo involucrado. Así como las condiciones ambientales y con factores de reconocimiento genético mutuo.
Actualmente, según numerosos estudios paleobotánicos, morfoanatómicos y filogenéticos, se estima que la coevolución entre hongos micorrícicos y raíces de plantas se remonta al Paleozoico (más de 400 millones de años). Es decir, tan antiguas como las mismísimas plantas terrestres, siendo esenciales para su colonización.
Recordemos que la microbiota del suelo es la encargada de la regulación de los ecosistemas terrestres, afectando a la productividad, la diversidad y la estructura de las comunidades vegetales; siendo también la materia orgánica descompuesta por la actividad de diferentes especies de bacterias y hongos que liberan los nutrientes al suelo, permitiendo que sean solubles y por tanto, disponibles para que sean absorbidos por las plantas, pudiendo ser de modo directo por las raíces o indirecto por los microorganismos y hongos que forman simbiosis con las mismas raíces, como es el caso de las micorrizas.
Del mismo modo, se considera una relación o interacción positiva la de las micorrizas con las plantas, debido a su amplio espectro de relación mutualista está entre un 80-90% de las plantas terrestres actuales, que se encuentran con beneficios empíricos, tales como: mayor desarrollo, mejor crecimiento, defensa contra patógenos, enriquecimiento del suelo donde se encuentran estas asociaciones para la planta y sus vecinas, etc.
Características por las que se estudian las interacciones
Las principales razones del estudio de las micorrizas y sus simbiosis son:
- Existen diversas formas o tipos de asociación entre hongo y planta, de tipo mutualista, destaca el estudio e investigación que se lleva a cabo en las micorrizas arbusculares, de los que se encuentran muchos ejemplos, y siendo estas esenciales en numerosos ecosistemas para la biodiversidad del suelo y del propio ecosistema en sí.
- Las micorrizas arbusculares se asocian a bacterias incluso, generando la micorrizosfera; muchos de esos microorganismos del suelo y hongos simbiontes tienen la capacidad para incrementar la cantidad de nutrientes disponibles para la planta, generando esas interacciones positivas que nos interesan, ya que se pueden utilizar como biofertilizantes de suelos pobres en nutrientes, como el caso con bacterias fijadoras de nitrógeno(N2) y con bacterias solubilizadoras de fosfato (P), dando micorrizosferas optimizadas.
Por ello, es interesante hacer estudios y ampliar nuestro conocimiento de los ambientes y cómo se adaptan las plantas usando interacciones positivas y negativas, desde el punto de vista fisiológico y ecológico. La idea principal de estos estudios es aumentar nuestro conocimiento sobre las plantas, y sus interrelaciones, en muchos casos invisibles al ojo humano porque son bajo tierra o en el aire.
Finalmente, todo ese conocimiento, puede enseñarnos algo de ellas para nuestra vida antropomorfista, así como para cuidar mejor de nuestros ecosistemas y preservarlos mejor para el futuro.
Bibliografía
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Autora: Ana María Morón. Ammu Neuroscience&Biology.