Atasco microscópico
- ¡Manolo! Admítelo, nos hemos perdido, hace 2 horas que deberíamos haber llegado a esas aguas cálidas, limpias y sobre todo ricas en azufre y aquí seguimos parados en un atasco del “copón” -replicaba su esposa Margarita.
- Ya te he dicho que hemos llegado, estamos en aguas ricas en azufre solamente que el boleto de viaje puede que especificara en letra pequeña que nos pasaríamos nuestro aniversario dentro de bivalvo al que no le vendría mal un poco de limpieza… -Decía Manolo con una mirada fijada en las branquias laminares de la criatura.
- Me dan ganas de llorar, solo me apetece fabricar mi endospora y quedarme en esa esquina hasta que se muera el bicho asimétrico este al que nos has traído. A propósito, ¿Cómo “puñetas” esperas que sobrevivan dos arqueobacterias termofílicas viejas y debiluchas como nosotros más de una semana? –
- Ehh … pues nuestro apartamento está en esas branquias de ahí arriba, con vistas a toda la valva y barra libre de sulfuro que fácilmente lo podemos digerir en todos los compuestos orgánicos que te puedas imaginas. ¿No está mal eh? –
- Hombre, si quitas el hecho de que estamos en una relación no tan “simbiótica” con un organismo que mide un millón de veces nuestro tamaño, pues sí cariño entonces no está tan mal –
- Bobadas, seguro que nos lo pasamos genial, además no estaremos solos, seguro que hay miles de arqueobacterias como nosotros, algunas pueden que sean tan cascarrabias como tú –
- Pues sí, todo es posible, mientras tanto pasame el bote de lípidos saturados no quiero llegar con una membrana viscosa debilucha frente a las temperaturas de este bicharraco, ¿Cuánto nos queda para llegar? –
- No mucho más, ya puedo ver la entrada –
- Es impresionante como aún siendo termofílica siempre consigas llevarme al límite –
- ¿Eso se supone que era un chiste? –
- Manolo, estamos dentro de un molusco, que a su vez está dentro de aguas tóxicas. Estoy bastante segura de que nosotros somos el chiste –
- No creo, después de todo el trabajo que hacemos las arqueobacterias por este planeta – Replicó ofendido Manolo.
- Sí claro, como tu primo el metanógeno. Ese sí que ha ayudado a salvar el planeta -Dijo Margarita en tono sarcástico.
Manolo decidió no seguir discutiendo y se limitó a continuar con el trayecto. Todo apuntaba a que estas dos arqueobacterias iban a pasar un 3.489.765 aniversario más tenso que una Saccharomyces sin oxígeno…
Autor: Jorge Barrada Madrigal. Colegio Base, 2º BTO.