Es como nuestra clase
—¿Qué es la biodiversidad? —me pregunta un niño pequeño desde su pupitre.
Levanto la cabeza y me encuentro con la mirada de toda la clase esperando mi respuesta mientras elaboro una explicación sencilla para que puedan entenderlo.
—Es la variedad de animales y plantas que hay en nuestro planeta —les explico.
—Es un zoo —dice otro niño girándose hacia sus compañeros.
—No, no es un zoo.
—Entonces es un invernadero —explica otra niña, y todos le dan la razón.
Pienso por un momento con qué puedo relacionar la biodiversidad.
—Imaginaos que la clase es nuestro planeta —empiezo a contarles—. El suelo es el césped, la alfombra de la esquina es el mar y las decoraciones son nubes. Nos falta un bosque, y animales para llenar todos los hábitats.
Dos niños salen a la pizarra a dibujar unos árboles, y otra niña va a por la maceta del cactus. Y, a partir de entonces, dejo que los niños jueguen por su cuenta.
Al principio, todos querían ser leones, porque el león es el rey de los otros; pero se dieron cuenta de que hacían falta cebras, ya que los leones no querían comer césped. Se dividieron según sus camisetas, y cada grupo era un animal.
—Necesitamos más animales que puedan comer los leones —dijo una niña—, porque si se comen a todas las cebras nos quedamos sin ellas.
Entonces, los niños se dividieron por el color de los ojos de cada uno.
—¿Y los acuáticos qué? —dijo un niño cruzándose de brazos.
—Y las águilas también —añadió una niña.
A mediodía, después del almuerzo, un niño se acercó a mi mesa y me dijo que alguien le había manchado de zumo el jersey, así que aproveché para explicarles que la contaminación estropea la biodiversidad y que, si no querían que las especies se extinguiesen, tenían que cuidar del planeta entre todos.
Al final del día, habían constituido cinco ecosistemas diferentes, y los habían llenado de plantas, hongos e incluso bacterias de todo tipo, pintados sobre papel. Pero lo mejor de todo era cuando alguien les preguntaba qué estaban haciendo, porque respondían “¡Biodiversidad!”
—Hoy hemos aprendido sobre la biodiversidad —le oigo decir a un niño a la salida.
—¿Ah sí? —responde su madre— ¿Qué es la biodiversidad?
—Son todos los bichitos y plantas del mundo que tenemos que cuidar —dice el niño sonriendo—. Es como nuestra clase.
Autora: Naia Villar Ibáñez. COLEGIO GONDOMAR – 1º BTO