El estrés de las aves esteparias los fines de semana

Un grupo de investigadores del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y de la UAM (Universidad Autónoma de Madrid) han publicado los resultados de un estudio que demuestra que el sisón sufre más estrés fisiológico los sábados y los domingos, debido a la actividad humana.

El estrés de las aves esteparias los fines de semana
El sisón altera su comportamiento por la influencia humana los fines de semana. Fotografía de Renato.

El sisón es una especie de ave que vive en zonas agrarias abiertas y que se encuentra amenazada. Los científicos implicados en el mencionado estudio –cuyos resultados se han publicado en la revista Behavioral Ecology– quisieron analizar la influencia de la presencia humana sobre los hábitos y el comportamiento de estas aves.

Los investigadores preveían encontrar algún tipo de relación entre ambas especies, ya que por los animales suelen percibir a los humanos como amenazas o depredadores. Por este motivo, el contacto entre el sisón y el hombre se ve reflejado en los niveles de estrés fisiológico del animal.

Diferencias en los niveles de estrés los fines de semana

Los sábados y los domingos aumenta considerablemente el nivel de actividad humana en las áreas agrícolas, principalmente por la presencia de ciclistas, caminantes o cazadores. Por tanto, cabría suponer que los niveles de estrés fisiológico del sisón también serían más elevados los fines de semana.

Para comprobar esta información, los científicos del grupo de trabajo decidieron medir las cantidades de la hormona corticosterona en las heces de las aves. El estudio de estos niveles hormonales ha permitido comprobar que el estrés es mayor cuanto mayores son las molestias a las que están expuestos los animales. Entre ellas destacan especialmente las asociadas a la caza: una presencia mayor de perros, el sonido de los disparos, etc.

Además del análisis de la corticosterona, los científicos han observado los hábitos y el comportamiento del sisón durante los fines de semana, y han comprobado que en esos días las aves dedican menos tiempo a comer y se centran sobre todo en vigilar y volar. Pasado el domingo, el sisón necesita compensar el gran gasto energético y dedica más tiempo a comer.

Lógicamente, estas adaptaciones fisiológicas y del comportamiento ayudan a los individuos a afrontar situaciones estresantes, pero las poblaciones del sisón en su conjunto –ya amenazadas– podrían verse aún más mermadas si la exposición a estas molestias fuera prolongada.

Fuente: Dicyt (Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Cultura).

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