Viaje al centro de la célula

Un martes normal y corriente fui al baño en medio de clase de biología y entre una cosa y otra me apeteció investigar el piso de arriba del colegio.

Subí las escaleras y abrí una puerta que de repente se cerró. Tras eso una voz proveniente de un altavoz dijo: “Te has convertido en una molécula de agua y tienes que lograr entrar en la célula para llegar al núcleo y completar la misión”. Las luces se encendieron y vi la membrana plasmática de la célula por la que tenía que entrar. Delante de mí había un juego de letras, con el que tenía que construir el nombre del proceso relacionado con la entrada de las moléculas de agua en la célula. Aunque estaba dudando puse la palabra ósmosis. Se abrió una puerta y pasé al citoplasma.

Todo estaba oscuro hasta que vi una luz, era una mitocondria produciendo energía para la célula. También, no muy lejos pude apreciar un ribosoma llevando a cabo la traducción del ARN mensajero a proteínas. Poco después llegué al aparato de Golgi y sonó el altavoz: “Para seguir tienes que responder a la pregunta: Nombra una función del aparato de Golgi”. “Forma lisosomas”, grité. Avancé un poco hasta que vi el retículo endoplasmático rugoso elaborando las proteínas que la célula necesita. Entonces volvió a sonar la voz del altavoz: “¿Cuál es la función del retículo endoplasmático liso?”. Dije en alto la que creía que era su función principal, pero fallé, la respuesta era incorrecta, confundí el liso con el rugoso.

Entré en pánico al pensar que nunca iba a salir de allí, por lo que instintivamente grité: “El retículo endoplasmático liso sintetiza lípidos y elimina las sustancias tóxicas”. Por suerte pude rodearlo hasta llegar al núcleo, dónde de pronto escuché: “¡Enhorabuena!, casi has completado tu objetivo, ahora solo te falta entrar al núcleo a través de los poros nucleares. Para ello te hemos convertido en una proteína. Tienes que responder a una última cuestión: ¿Cuál es la función del ARN mensajero?”. Con mucha seguridad dije: “Lleva una copia del mensaje de ADN hasta los ribosomas”.

Entré en el núcleo y la cromatina se empezó a condensar, me asusté, estaba en la primera fase de la mitosis, la profase. Finalmente, tras un rato, la célula madre se acabó dividiendo en dos y pude salir y volver a clase. La profesora continuaba hablando del metabolismo celular como si nada hubiera ocurrido.

– Elisa, ¿en qué dimensión espacio temporal estás?- me llamó la atención.

– Yo siempre en la célula, profesora- contesté..

Autora: Elisa Mozota Sanz. Colegio Litterator. 1º BTO.